En un post reciente discutíamos, entre otros factores, las cosas que distinguen a una buena escuela de diseño. Una de ellas es la calidad de los alumnos (al entrar y al salir). Voy a proponer algunos puntos para el análisis:
1. Parto de la idea que a todos nos gustaría estudiar en (y enseñar o colaborar con) escuelas de primer nivel. Es decir, creo que a) es posible clasificar a las escuelas de diseño -o al menos distinguir entre las 'serias' y las 'patito', b) uno prefiere naturalmente asociarse con las escuelas serias. Esto a pesar de reconocer que en las buenas escuelas también hay malos alumnos y viceversa.
2. ¿Es posible tener buenos profesores con malos alumnos? Creo que no. Quizá lo contrario si, pero creo que es responsabilidad de los docentes sacar lo mejor de sus alumnos. Esto lo digo, obviamente, porque creo muy poco en lo que algunos llaman el "talento" entre diseñadores, esa es una herencia rancia de tradiciones artísticas que están obsoletas y caducas en el diseño. O al menos totalmente fuera de contexto.
3. ¿Importa de algo tener buenos alumnos? Esta pregunta va asociada a la falacia que a veces se perpetúa sobre la mediocridad y que dice algo como "no hay relación entre un buen estudiante y un buen diseñador". Vaya mentira que por repetición ad nauseam no se convertirá en verdad. Será cierto que la relación no es directa (¿alguien lo creía?), pero en mi experiencia un buen alumno en diseño tiene un enorme atributo de diseñador: sabe escuchar y sabe entender los requerimientos. Pocos diseñadores salen dominando esto.
Ahora, es cierto que puede haber gente creativa que tenga un potencial enorme y que la escuela le importe poco, ese podría ser un caso de "buen profesionista, mal alumno"... pero yo no contrataría a alguien que
puede ser bueno, pero no se le da la gana demostrarlo. Más que diseñador, ese es un desperdicio.
Y también es cierto que el desempeño escolar no predice el desempeño profesional. Claro que no, si hay tantas variables en uno y otro ámbito, que difícilmente alguien podría armar analogías. Las competencias necesarias para negociar en el cuadrilátero profesional no se practican en la escuela. ¡Y qué bueno! Para eso vale la experiencia profesional, o es acaso que se podría pensar que en 4 o 5 años uno pasaría de ser un preparatoriano a un viejo lobo de mar?
4. ¿Y los profesores? ¿Es posible ser un buen profesor sin ser buen diseñador? Obviamente es una pregunta cargada: fue Hugo Sánchez (buen futbolista) un buen técnico de futbol? Tendríamos que empezar por discutir cuáles son los criterios de "buen" diseñador y "buen" docente.
Como dicen, 'al final del día', el insumo y el producto de una escuela son sus alumnos y sus egresados. Es en ese proceso de transformación que finalmente podemos evaluar todo lo demás que se hace día con día en un programa de licenciatura, maestría o doctorado.
Podríamos definir mil criterios y discutirlos. Al final me quedo con la excelente observación que el Dr Eduardo Ibarra de la UAM un día me explicó respecto al sistema de evaluación de profesores: no importa lo que digan las métricas o los indicadores o las estadísticas: ENTRE COLEGAS sabemos con un alto grado de certeza, cuáles son las buenas universidades, quiénes son los buenos profesores, y dónde están los buenos egresados y profesionistas del diseño en México.
De modo que, quizá durante un largo tiempo todavía, la mejor recomendación para elegir una escuela para estudiar diseño
será preguntar a la comunidad de diseñadores, y tomar las opiniones con cautela y de quien vienen. Al menos en México me consta que en varias de las universidades "de renombre" en diseño, existen unas mafias horribles entre profesores que las toman de botín político para beneficio personal y dejan todo criterio académico en último plano. Por desgracia quienes pagan los platos al final son los alumnos.
Es fácil distinguir a un mal profeesor. Aquí algunas cosas a tomar en cuenta:
- No ha participado en proyectos grandes ni interesantes a nivel profesional
- Desde que salió de la universidad hace 30 años, nunca volvió a estudiar
- No organiza ni participa en grupos académicos fuera de su universidad
- No hace investigación, no publica ni presenta ponencias internacionalmente
- No lee ni en defensa propia*
- Desmotiva a los alumnos y les dice que el diseño en México no tiene futuro
- Repite como perico lo mismo cada semestre, generalmente en 2 o 3 universidades
- Es inseguro, autoritario, arrogante y conservador
- No interactúa con miembros de otras disciplinas y más bien los ataca
- Habla mal de otros profesores y descalifica cualquier avance
- Cree que solo su verdad cuenta, no considera otras vías de desarrollo o interpretaciones del diseño
- Lleva décadas haciendo lo mismo: el mismo puesto en la industria o chambitas menores por su cuenta
*= este punto de la lectura es muy evidente. Una vez un mafioso-profesor me refutó con el argumento de que "los diseñadores no deben leer porque no son textuales, son visuales". Ahí me di cuenta que la batalla por alfabetizarlo estaba perdida.