Acabo de leer el libro "El arte de inventarse profesiones", de reciente aparición por una editorial en España (que ni sitio web propio tiene). De la autoría de Sergio Bulat, de perfil e intereses muy peculiares.
Levanté el libro de la estantería de la Librería del Fondo (FCE) porque me llamó la atención el título -a pesar de la portada tan poco profesional.
Y lo devoré. En menos de tres horas lo había terminado (es un libro muy corto y de una escritura que fluye muy rápido). En el libro (que no tengo conmigo, lo presté a un colega al día siguiente) Sergio empieza por ilustrar las condiciones actuales del mundo laboral: de inestabilidad y cambio total. Y sugiere, a través de varios ejemplos, que la idea de formarse profesionalmente para después trabajar en esa área toda la vida, es una idea obsoleta.
La clave está en formarse y re-formarse continuamente a partir de entender el momento histórico y el contexto propio. El libro en sí no llega mucho más allá: es un llamado a las armas de la formación profesional personalizada.
En cuanto a la profesión del diseño industrial, y en particular al posgrado creo que Sergio apunta a un tema clave: sobre todo en países como México (pero sé de primera mano que ocurre en otros países), el diseñador no ha logrado tener todo el impacto y desarrollo que podría. En México el diseño industrial tiene más de 50 años y su impacto real en la economía y en la sociedad es muy limitado. Esto se explica, en gran medida, a que el diseñador industrial quiere que el mundo se ajuste a su profesión, en lugar de él ajustarse a las condiciones reales.
Hace poco un colega lo ponía de manera clara: "Hoy en día en la tienda promedio en México no se pueden comprar artículos diseñados por los 10 diseñadores más 'destacados' en México"... ¿entonces a qué llamamos 'destacar' en diseño?
La generación de diseñadores de entre 40 y 60 años fueron educados escencialmente bajo el mismo paradigma que la Bauhaus alemana de los años 30. El diseñador 'baby-boomer' típico creció frustrado ante la escasa relevancia del diseño industrial en su entorno.
Así, las cosas no pueden continuar. El diseño necesita reinventarse. Y son los diseñadores jóvenes (de espíritu) quienes han de reinventarlo.
Sugiero una vía muy clara que veo en cada vez más casos: cursar la licenciatura en diseño y luego de cierta experiencia profesional, partir hacia otros territorios disciplinares a maestrías y doctorados en otras áreas. Así, como menciona Sergio en su libro, podemos tener profesiones híbridas:
- Diseñadores con posgrado en negocios
- Diseñadores con posgrado en manufactura
- Diseñadores con posgrado en medio ambiente
- Diseñadores con posgrado en cómputo
- Diseñadores con posgrado en lingüística
- Ingenieros/sociólogos/etc... con posgrado en diseño
¡Las posibilidades son infinitas!
Hola Ricardo,
ResponderBorrarAntes que nada gracias por tus elogiosos comentarios y por la difusión dada al libro. Como bien resumes es un libro muy sencillo que busca inspirar a la gente a que se destaque y no a que imite lo que otros hacen. Estoy convencido que cada vez más quien no se reinvente permanentemente está condenado a quedarse marginado. En ese sentido me alegra que el libro les pueda ser de utilidad. Si necesitas alguna cosa puedes escribirme aquí,
Te mando un abrazo