miércoles, octubre 22, 2008

Buenas y malas escuelas de diseño

En un post reciente discutíamos, entre otros factores, las cosas que distinguen a una buena escuela de diseño. Una de ellas es la calidad de los alumnos (al entrar y al salir). Voy a proponer algunos puntos para el análisis:

1. Parto de la idea que a todos nos gustaría estudiar en (y enseñar o colaborar con) escuelas de primer nivel. Es decir, creo que a) es posible clasificar a las escuelas de diseño -o al menos distinguir entre las 'serias' y las 'patito', b) uno prefiere naturalmente asociarse con las escuelas serias. Esto a pesar de reconocer que en las buenas escuelas también hay malos alumnos y viceversa.

2. ¿Es posible tener buenos profesores con malos alumnos? Creo que no. Quizá lo contrario si, pero creo que es responsabilidad de los docentes sacar lo mejor de sus alumnos. Esto lo digo, obviamente, porque creo muy poco en lo que algunos llaman el "talento" entre diseñadores, esa es una herencia rancia de tradiciones artísticas que están obsoletas y caducas en el diseño. O al menos totalmente fuera de contexto.

3. ¿Importa de algo tener buenos alumnos? Esta pregunta va asociada a la falacia que a veces se perpetúa sobre la mediocridad y que dice algo como "no hay relación entre un buen estudiante y un buen diseñador". Vaya mentira que por repetición ad nauseam no se convertirá en verdad. Será cierto que la relación no es directa (¿alguien lo creía?), pero en mi experiencia un buen alumno en diseño tiene un enorme atributo de diseñador: sabe escuchar y sabe entender los requerimientos. Pocos diseñadores salen dominando esto.

Ahora, es cierto que puede haber gente creativa que tenga un potencial enorme y que la escuela le importe poco, ese podría ser un caso de "buen profesionista, mal alumno"... pero yo no contrataría a alguien que puede ser bueno, pero no se le da la gana demostrarlo. Más que diseñador, ese es un desperdicio.

Y también es cierto que el desempeño escolar no predice el desempeño profesional. Claro que no, si hay tantas variables en uno y otro ámbito, que difícilmente alguien podría armar analogías. Las competencias necesarias para negociar en el cuadrilátero profesional no se practican en la escuela. ¡Y qué bueno! Para eso vale la experiencia profesional, o es acaso que se podría pensar que en 4 o 5 años uno pasaría de ser un preparatoriano a un viejo lobo de mar?

4. ¿Y los profesores? ¿Es posible ser un buen profesor sin ser buen diseñador? Obviamente es una pregunta cargada: fue Hugo Sánchez (buen futbolista) un buen técnico de futbol? Tendríamos que empezar por discutir cuáles son los criterios de "buen" diseñador y "buen" docente.

Como dicen, 'al final del día', el insumo y el producto de una escuela son sus alumnos y sus egresados. Es en ese proceso de transformación que finalmente podemos evaluar todo lo demás que se hace día con día en un programa de licenciatura, maestría o doctorado.

Podríamos definir mil criterios y discutirlos. Al final me quedo con la excelente observación que el Dr Eduardo Ibarra de la UAM un día me explicó respecto al sistema de evaluación de profesores: no importa lo que digan las métricas o los indicadores o las estadísticas: ENTRE COLEGAS sabemos con un alto grado de certeza, cuáles son las buenas universidades, quiénes son los buenos profesores, y dónde están los buenos egresados y profesionistas del diseño en México.

De modo que, quizá durante un largo tiempo todavía, la mejor recomendación para elegir una escuela para estudiar diseño será preguntar a la comunidad de diseñadores, y tomar las opiniones con cautela y de quien vienen. Al menos en México me consta que en varias de las universidades "de renombre" en diseño, existen unas mafias horribles entre profesores que las toman de botín político para beneficio personal y dejan todo criterio académico en último plano. Por desgracia quienes pagan los platos al final son los alumnos.

Es fácil distinguir a un mal profeesor. Aquí algunas cosas a tomar en cuenta:
- No ha participado en proyectos grandes ni interesantes a nivel profesional
- Desde que salió de la universidad hace 30 años, nunca volvió a estudiar
- No organiza ni participa en grupos académicos fuera de su universidad
- No hace investigación, no publica ni presenta ponencias internacionalmente
- No lee ni en defensa propia*
- Desmotiva a los alumnos y les dice que el diseño en México no tiene futuro
- Repite como perico lo mismo cada semestre, generalmente en 2 o 3 universidades
- Es inseguro, autoritario, arrogante y conservador
- No interactúa con miembros de otras disciplinas y más bien los ataca
- Habla mal de otros profesores y descalifica cualquier avance
- Cree que solo su verdad cuenta, no considera otras vías de desarrollo o interpretaciones del diseño
- Lleva décadas haciendo lo mismo: el mismo puesto en la industria o chambitas menores por su cuenta

*= este punto de la lectura es muy evidente. Una vez un mafioso-profesor me refutó con el argumento de que "los diseñadores no deben leer porque no son textuales, son visuales". Ahí me di cuenta que la batalla por alfabetizarlo estaba perdida.






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2 comentarios:

  1. Ahhh, la eterna discusión sobre la calidad de la enseñanza y quienes la deben de impartir.

    Honestamente, creo que este tema puede destapar la proverbial lata de gusanos si en el proceso de comentar y discutir estos temas alguno de nosotros opta por ponerle nombre y apellidos a sus observaciones, sin embargo no será mi caso (espero).

    Cuando hablamos de clasificar, siempre nos topamos con la disyuntiva de poner de acuerdo a todas las partes para definir que es lo que se evalúa y que ponderación deberá de tener. Otros países han logrado establecer sistemas de evaluación, acreditación y ranqueo que de una forma u otra han logrado credibilidad y con ello el reconocimiento (y hasta la copia) a nivel internacional.

    En nuestro país, en particular en el área de diseño, el COMPAPROD (Consejo Mexicano para la Acreditación de Programas de Diseño), (www.comaprod.org), ha buscado establecer un estandard de evaluación para los programas de esta noble disciplina a nivel nacional. Debo de confesar que tuve una muy pequeña participación en el desarrollo de los parámetros de medición del consejo y cualquier comentario que haga al respecto puede ser tomado en cualquier dirección, sin embargo no es importante para lo que quiero comunicar.

    Es el COMAPROD la mejor herramienta que hay para la evaluación de los programas de diseño en México?, seguramente no, pero es la única que tenemos con todo y sus diferencias y desatinos.

    El mayor problema de los sistemas de evaluación y acreditación es que se centran en la evaluación de los procesos de enseñanza, bajo el principio de que si el proceso es adecuado por lo tanto el resultado es bueno. Lo cual puede llegar a no ser cierto necesariamente, debido a que quien establece esos procesos es la institución misma, lo que no asegura que los mismos sean los más pertinentes para su función.

    Por otro lado, no debemos de olvidar que nuestra profesión, al igual que cualquier otra, tiene su mayor desarrollo y aprendizaje en el ejercicio de la misma. No podemos dejar en manos la educación de un médico (por dar un ejemplo) a otros colegas suyos que no tienen una práctica constante, continua y actualizada. De igual manera la educación de un diseñador debería de estar basada en su mayor proporción por diseñadores que tienen un ejercicio continuo y actualizado de su profesión.

    El mejor docente (ideal) de diseño que existe es aquel que tiene:

    a) La formación académica necesaria para demostrar su conocimiento teórico-práctico de la profesión y de su ejercicio.

    b) Una práctica continua del diseño.

    c) Una participación activa en los procesos de divulgación y publicación tanto del diseño como práctica, como disciplina de estudio teórico.

    d) Una capacitación demostrada en el área pedagógica, puesto que ser un excelente profesionista no lo convierte en un excelente maestro.

    e) Y por último y no por ello menos importante, un real y tangible compromiso con el desarrollo y estudio de nuestra profesión.

    Cierto... entre colegas sabemos quien es quien en el diseño (tanto en personas como en instituciones) pero es necesario que no quede entre nosotros, pues de lo contrario seríamos cómplices de aquellas instituciones y personas que le hacen un gran daño a nuestra profesión.

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  2. Chuy, cienporcien de acuerdo. A la pregunta ¿Es el COMAPROD la mejor herramienta que hay para la evaluación de los programas de diseño en México?... no creo que sea la mejor, pero es una buena herramienta y al menos sirve para distinguir entre escuelas 'serias' y las 'patito'. Ahora bien, entre las escuelas acreditadas si creo que puede haber una gran diferencia, pero ¿cómo hacemos para hacer transparente esta distinción? Creo que con el tiempo las cosas caen por su propio peso, y por ello digo que hoy por hoy he visto que en varios campus del ITESM se están gestando los mejores lugares para formar a los diseñadores del siglo xxi en México. Y una cosa es clave: por ser la iniciativa educativa más reciente y ambiciosa de México, en varias de las escuelas del ITESM se está dejando atrás la idea de 'replicar' diseñadores tipo bauhaus, de oficio, y se están formando los pensadores y estrategas que tendrán gran impacto en la sociedad y la economía. No excluyo a otras dignas escuelas, pero éstas suelen arrastrar muchos vicios y muchos sacos de papas que se creen docentes...

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