jueves, octubre 01, 2009

el Dibujo y el Diseño

Es de llamar la atención la relación entre el dibujo y el diseño. Es una relación muy antigua, casi casi natural y obvia. Pero como todo lo "natural" y "obvio", de vez en cuando vale la pena cuestionarlo.

¿Para qué dibuja un diseñador?

En la escuela ortodoxa del diseño (la del "diseño de cositas para que otros diseñadores admiren") hay un principio implícito: entre mejor dibujas, mejor diseñador eres. Esto es, a la luz actual del valor estratégico del diseño en lo social, económico, cultural y ambiental, una reverenda estupidez. Y sin embargo, muchas escuelas de diseño siguen perpetuando esta visión. Me recuerda a la tía Chachita diciendo "siempre supimos que Pepín sería diseñador porque desde chiquito dibujaba muy bonito".


Ahora bien, ¿es necesario saber dibujar para saber diseñar? Aquí voy a sonar contradictorio, pero vaya que si es necesario. O al menos es ultra super útil. Creo que nadie debatiría esto, más bien la discusión verdaderamente importante es ¿qué quiere decir "saber dibujar" en el ámbito del diseño? Según yo, saber dibujar en diseño tiene muy poco que ver, o casi no tiene nada que ver, con saber dibujar en el arte.

Gente mucho más brillante que yo ha hecho antes la distinción entre el dibujo alográfico y el dibujo autográfico. No es el sitio para entrar en detalles, pero en esencia el diseñador tiene que saber dibujar para aprender a pensar con el dibujo. Es decir, la meta en el diseño no es el dibujo por el dibujo mismo (como si lo es en el arte donde el producto del dibujo es el dibujo, es lo que tiene valor). La meta del dibujo en el diseño es el proceso mental que lo crea, lo acompaña y lo deja atrás.

Hoy leyendo el periódico pensé que el caso del monero Magú es un ejemplo muy adecuado: Magú no sabe dibujar, pero si sabe dibujar. Es decir, sus dibujos no importan por lo bien que se ven sino por lo magistralmente bien que expresan sus ideas. Cualquier tía Chachita diría "ese niño no sabe dibujar", y probablemente muchos profesores de dibujo lo reprobarían, pero en sus cartones Magú es capaz de representar con trazos un universo de ideas muy vasto de una manera clara e interesante.


El caso de Magú no es totalmente aplicable al diseño porque al final Magú ha desarrollado un estilo propio y, en efecto, el fin de su trabajo sigue siendo el dibujo. En el diseño esto no es así. Ningún diseñador debería vender dibujos (en su papel de diseñador), si lo hace seguro que gana una bicoca y seguro que el impacto de sus ideas es muy marginal. Claro, es algo muy distinto si un diseñador en su papel de artista vende dibujos: que no se me malinterprete!

Total. Las escuelas de diseño deberían tener bien claro que sus profesores de dibujo no tienen que ser expertos dibujantes. Más bien tienen que ser expertos y estar muy activos en la práctica de generar ideas, muchas ideas, grandes ideas, a través del dibujo.

El grupo de investigación más interesante que conozco sobre este tema es el de la Universidad de Loughborough "Tracey": http://www.lboro.ac.uk/departments/ac/tracey/

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