"Are Designers The Enemy Of Design?" es el título de uno de esos artículos. Publicado por Bruce Nussbaum el 18 de marzo 2007 en BusinessWeek. El título es provocador y me llamó la atención ya que también creo que los diseñadores son parte del problema y no la solución. El argumento de Nussbaum toca fibras.
Ya se leen varias réplicas en blogs de diseño. Aquí no queremos dejar pasar la ocasión para añadir nuestros 2c desde la perspectiva de la investigación. De hecho no diremos nada nuevo, aunque hay quien dice que nada es nuevo y los avances reales no son las respuestas sino el replanteamiento de las preguntas. Así que aquí seguimos replanteándonos las cosas.
En el argot web, RTFA, vale la pena la provocación de Nussbaum. Yo me permito rescatar lo siguiente:
"In fact, design has evolved from a simple practice to a powerful methodology of Design Thinking that, I believe, can transform society. By that I mean Design, with a capital D, can move beyond fashion, graphics, products, services into education, transportation, economics and politics... Enter design and design thinking. Over the past decade, design has evolved to become an articulated, formalized method of solving problems that can be widely used in business—and in civil society. Design’s focus on observing consumer/patient/student—human behavior, it’s emphasis on iteration and speed, its ability to construct..."
Y sin ningún ánimo de ofender, esto es lo que entiendo desde que mis profesores de la UAM (Fernando Shultz de manera central) decían que ser diseñador no es necesariamente ser un "pintamonos". Habría que buscar una definición, pero la de Nussbaum en este artículo creo que se acerca: "diseño como una simple práctica, con d minúscula". Es decir, el diseño de las grandes habilidades, ya sea con el plumón, la sierra o el mouse.
Otra forma menos provocadora de marcar la diferencia es distinguir entre "diseñadores clásicos" y un término que falta por inventar pero que podemos temporalmente bautizar como "no-diseñadores", así como el teléfono nació siendo un "no-telégrafo" hasta que se agregó el nuevo término a los diccionarios.
Los "no-diseñadores" son, irónicamente, gente con formación de diseño. Sin embargo, buscan rectificar. O reivindicar su vocación. No se limitan a las prácticas ortodoxas del diseño de "cositas", superficial y de énfasis "expresivo". Los "no-diseñadores" son quizá Diseñadores (con D mayúscula) siguiendo la expresión de Nussbaum.
Y, en efecto, uno de los caminos más efectivos para inventar el "no-diseño", es decir, el Diseño, es la investigación. Y ésta se aprende en el posgrado. No hay vuelta de hoja (alguien tendría que convencerme que existen otras vías).
Los "diseñadores clásicos" trabajan en su portafolios o carpeta de diseño. Se dedican a 'hacer cosas'. Los "no-diseñadores" pueden o no trabajar en un portafolios pero en todo caso saben que el énfasis está en las ideas, es decir, en 'pensar y hacer cosas e, incluso, no-cosas'.
Tampoco se trata de inflar más aún el ego del diseño. Podría malinterpretarse que el "diseño clásico" es una forma inferior y esa no es la intención aquí. Quizá sea una forma anterior, de ahí su clasicismo. Pero de que hacen falta y ganan buen dinero los buenos ilustradores, ceramistas, y expertos en software, ni duda cabe. El punto es otro: el diseño no tiene que limitarse a eso nada más.
Dicho en términos de este blog, el diseño no tiene que limitarse a la intuición, ni siquiera tiene que limitarse a la formación profesional de licenciatura. El diseño ha rebasado ya esos límites, primero fue convencer al artista/artesano/dibujante que una formación Universitaria era adecuada y conveniente. Eso lo logró la Bauhaus hace un siglo. Si el XX fue el siglo del diseño en la Universidad, el XXI es el siglo del diseño en la Investigación. Y la puerta de entrada, insisto, es el posgrado.