Se entiende que al 2007 habrán programas aún no evaluados, quizá de reciente creación. Queda abierta la opción de agregar aquí otros programas en los comentarios. De manera muy general a reserva del análisis individual que en distintos posts vamos haciendo en este blog:
1. El único programa de doctorado (evaluado) en México sigue siendo el de la UAM
2. Hay una buena distribución de programas en el país: al menos en 12 estados
3. Todos los programas (evaluados) en México son en Universidades Públicas si bien sabemos que existen algunos en las Privadas
4. Se cubre un buen espectro de áreas desde urbanismo, arquitectura, industrial y gráfico (más o menos en ese orden de magnitud)
5. Los temas de diseño urbano son los que agrupan una buena mayoría de la oferta
6. La gran mayoría parecieran tratarse de programas muy circunscritos a su área, es decir, se ven pocos entrecruzamientos entre temas del diseño y con otras disciplinas.
En cuanto a la problemática señalada en el reporte del 2000 mencionado, se mencionan los siguientes puntos:
1. La mayoría de las maestrías se orientan a "aspectos prácticos" con escaso énfasis en la investigación
2. Planes y programas de estudio desactualizados y deficientes procesos de selección
3. La mayoría de las maestrías son de medio tiempo o de fin de semana, lo que ocasiona entre otras cosas la sobrevaloración de créditos de las asignaturas
4. Escasos cuerpos académicos y líneas de investigación asociados al posgrado y aún menos consolidados
5. Baja eficiencia terminal, alta deserción y una gran parte de egresados sin completar su tesis
6. Alto porcentaje de profesores por asignatura que debilita aspectos como tutorías y asesorías, dirección de tesis, elaboración de material didáctico, y otras funciones de plazas de tiempo completo
7. Publicaciones sobre todo de divulgación y locales, muy poca producción de investigación y virtualmente inexistente de nivel internacional
8. Profesores desactualizados y con falta de experiencia en investigación
9. Escaso seguimiento de egresados y en general falta de mecanismos de auto-evaluación
10. Problemas de infraestructura, financiamiento y acervos especializados
11. Escasa relación entre posgrado y licenciatura así como con otros posgrados y con proyectos de investigación y vinculación con el entorno
12. Bajo interés de profesores hacia la investigación por intereses "eminentemente prácticos" o por no contar con la calificación
En fin, podría parecer que estos 12 problemas y otros asociados pintan un panorama pesimista para los posgrados de diseño en México. Es claro que estos factores son a la vez causa y consecuencia entre sí. Sin embargo también pueden verse como parte de un diagnóstico (variable en cada Universidad) que permite la acción paso a paso para mejorar la situación. (O en otras palabras, es difícil que empeore :)
Por ejemplo, dado el estado de la investigación en el diseño en México, sería muy poco realista pensar en soluciones como enviar a una gran parte de profesores al extranjero, abrir un número significativo más de plazas de tiempo completo, o dedicarle más de 15 o 20 horas semanales a la investigación. Estas y más serían soluciones que ayudarían a resolver el problema pero también son, francamente, poco viables para nuestro contexto. Sin embargo hay formas de repensar el problema y la autora del reporte (Rosa Imelda Rojas) lo deja entrever:
"Estas limitaciones invitan a replantear el problema de la investigación como motor de cambio en los procesos de enseñanza-aprendizaje en las universidades"
Esta es una idea (que si la entiendo bien) no solo tiene gran potencial, sino que sería altamente viable en nuestro contexto: dejar de separar la teoría vs la práctica en el diseño y hacer un esfuerzo por gradualmente incorporar las actividades de investigación a las de docencia. Y porqué no, también a las de vinculación con el exterior (sociedad, industria, gobierno, etc).
Cerraría este recorrido recomendando la lectura del último apartado "Conclusiones" del reporte en cuestión. Plantea tanto soluciones "obvias" pero con distintos grados de viabilidad, como puntos de reflexión que bien podríamos retomar para, como dice la autora, "replantear el problema" del posgrado de diseño en México.
Buena falta le hace.
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